La coherencia entre lo que piensas, dices y haces
HAZ – Protege tus intereses
“Si al renunciar a una pequeña felicidad se vislumbra una felicidad mayor, entonces que el hombre sabio renuncie a la felicidad más pequeña en vista de la felicidad mayor.” – Buda Gautama.
«La felicidad es cuando lo que piensas, dices y haces, está en armonía.» – Mahatma Gandhi.
Cuando sabes lo que quieres realmente, tu felicidad es proporcional a que tus pensamientos, palabras y actos se dirijan de forma coherente hacia estos objetivos. Incluso aunque no reflexiones haciendo consciente estos objetivos de una forma determinada y clara, existirán para ti de manera imprecisa. Y el hecho de no estar avanzando en esa dirección te producirá insatisfacción, te sentirás estancado inconscientemente. Si no avanzas en ese sentido, encontrarás incoherencias contigo mismo, las que te cueste eliminar y por lo tanto quieras considerar necesarias, solo van a producirte infelicidad. Es por esta razón que expresar en palabras y contar a otros lo que quieres hacer te libera, te hace feliz y además te hace adquirir un compromiso de cumplimiento de ello muy superior a cuando no se lo has contado a nadie todavía. Te pone en marcha. Piensa, siente, habla y actúa hacia tus intereses.

Sergio Fernández escribe en su libro vivir con abundancia una de las leyes básicas para atraer abundancia a tu vida, la ley del orden. Esta ley enuncia que el orden para conseguir algo es primero ser, después hacer y por último tener. A veces nos engañamos a nosotros mismos cambiando el orden, sencillamente porque es el camino fácil, por ejemplo imaginar tener un sueldo mayor o tener éxito, es más cómodo que hacer una formación o cambiar profundamente tu vida para ser una versión mejor de ti mismo. Pero esto nunca llega desde el sofá, tienes que recorrer el camino del ser, hacer y obtener.
«En la vida no atraes lo que quieres, si no lo que eres.» – Sergio Fernández.
Si nos fijamos en el primer paso este no es querer, ese se da por hecho, el primer paso es «ser», ¿Empieza fuerte verdad? Pero es completamente lógico ¿Te imaginas prestando tu dinero a alguien que simplemente quiere con mucha imaginación tener un buen negocio? ¿Confiando tu salud en un aficionado a la medicina que simplemente querría haberse sacado el título hace unos años? ¿Comprometiéndote sentimentalmente con alguien que no es como te gusta ni hace nada que te interese, sin embargo te ha dicho que quiere tenerte? No funciona así, la vida te va a dar lo que necesitas, no lo que quieres. Y si no eres digno de algo ni has hecho lo necesario para conseguirlo, a ti te basta con un lugar en el que sentarte cómodamente a imaginarlo, no te va a dar más que eso.
«La paciencia es un árbol de raíces amargas pero de frutos muy dulces.» – Proverbio persa.
«El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones financieras.» – Woody Allen.
Si de verdad quieres algo, el primer paso del ser te será natural, querrás ser de la forma que son tus deseos. En este paso tus armas son la formación por supuesto y un ejercicio muy interesante es modelar a personas que actualmente son parecidas a como a ti te interesaría ser. Puedes leer una biografía, ver una película sobre su vida o incluso tratar de conversar si tienes la suerte con estas personas, esto te inspirará y pondrá en marcha. Desarrolla la fortaleza y la fe necesarias para ser y después ir haciendo los pasos de tu camino, disfruta tanto haciéndolo que no te distraiga el obtener por el momento. Qué obtener se convierta en el futuro efecto natural y evidente de las semillas que estás plantando ahora. El dinero puede ser tan bueno como tú lo seas, pero siempre se coloca en último lugar. Así como el dinero se colocan así mismo siempre en último lugar. Si tú lo tienes presente y le concedes el no menos importante último lugar, será gran fuente de felicidad para ti.
“¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís.
Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” – Jesús de Nazaret.